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viernes, 24 de agosto de 2012

Terapia de Juego No Directiva

Terapia de juego no directiva

21 y 23 de agosto de 2012

El juego es un medio de expresión natural para el niño y por medio de él puede expresar sus pensamientos y sentimientos. La terapia de juego no directiva permite una reorganización de las experiencias acumuladas del niño, permitiendo así la introspección.El niño dirige su propio juego y el terapeuta lo refleja constantemente.

Como parte importante del aprendizaje de la psicoterapia infantil a continuación se encuentran fotografías de la clase donde se modeló la terapia de juego no directiva.





































Día de Juego

Día de juego

14 de agosto de 2012


Como inicio de la experiencia de aprendizaje del curso de "Psicoterapia Infantil" se realizó un período de juegos, donde se relizaron diversas actividades infantiles. ¡Hubo mucha diversión!
















martes, 21 de agosto de 2012

Los ocho principios basicos de la terapia de juego


TERAPIA DE JUEGO
Los ocho principios básicos de la terapia de juego 

Los principios básicos que guían al terapeuta en todos sus contactos terapéuticos no-directivos son muy sencillos. Tienen probabilidades enormes cuando se llevan a cabo con sinceridad, consistencia e inteligencia. 

Los principios son los siguientes:
 
1.      El terapeuta debe desarrollar una relación interna y amigable con el niño, mediante la cual se establece una armonía lo antes posible.

La relación inicia desde el primer contacto se debe establecer un vínculo con el niño, sin embargo, el terapeuta no debe intervenir en la responsabilidad del niño, atribuyendo características que él quisiera por ejemplo o negándose a lo que el niño es. Se debe llegar a una relación de confianza, madurez e independencia.


2.      El terapeuta acepta al niño tal como es. 

No debe realizar críticas o halagos hacia el niño que afecten el dialogo o juego. Se debe por lo tanto aceptar al niño, de esto depende gran parte de la terapia ya que al criticar, desesperarse o al llegar sentimientos de culpa puede bloquear totalmente la terapia.



3.      El terapeuta crea un sentimiento de actitud permisiva en la relación, de tal forma que el niño se siente libre para expresas sus sentimientos por completo.


Una actitud permisiva invita al niño a actuar de manera libre y permite como terapeutas, observar al niño actuar de manera natural dejando así expresar mediante el juego el mundo interno que habita en el. Sin embargo esta permisividad no debe ser únicamente verbal, cada niño necesita directrices diferentes y si es necesario, se debe mostrar opciones y el cuarto de juegos para que él se sienta en confianza de interactuar y experimentar con las opciones que tiene.




4.      El terapeuta esta alerta a reconocer los sentimientos que el niño está expresando y los refleja de nuevo hacia él de tal forma que logra profundizar más en su comportamiento.
No se trata de realizar preguntas constantemente, ni mucho menos interrumpir el tiempo y desarrollo del juego del niño para obtener información; esto solo detendrá el proceso. El terapeuta debe dirigir sus palabras a reflejar, esto ayudará a captar por medio del juego los sentimientos del niño, fijándose no solo en lo superficial sino en una visión más clara acerca de él.






5. El terapeuta observa un gran respeto por la habilidad de niño para solucionar sus problemas, si a éste se le ha brindado la oportunidad para hacerlo. Es responsabilidad del niño decidir y realizar cambios. 

El terapeuta no debe forzar un cambio de comportamiento en el niño.  Este cambio debe provenir de él mismo, quien se responsabiliza de llevarlo a cabo.  El niño debe querer hacer el cambio y no hacerlo debido a presión o a conformismo.  Con la ayuda del terapeuta, el niño puede llegar a comprender que él es responsable de sí mismo, adquiriendo a la vez confianza en sí mismo y auto respeto. El niño decide qué jugar y con qué jugar, sin la intervención del terapeuta, quien debe mantenerse neutral.  

 
6.   El terapeuta no intenta dirigir las acciones o conversación del niño en forma alguna.

Cuando el terapeuta no dirige las acciones o conversación del niño en forma alguna, se está apegando al principio de la terapia no directiva.  Tampoco hace preguntas, como por ejemplo “¿Por qué…?”.  Puede preguntarle al niño, tal vez, si éste desea contarle más acerca de algo que está haciendo.  Pero más que todo, el terapeuta refleja lo que el niño hace.  Tampoco halaga al niño ni lo critica.  No le hace sugerencias.  Puede orientarlo si el niño pide ayuda.




7.   El terapeuta no pretende apresurar el curso de la terapia. Este es un proceso gradual y, como tal, reconocido por el terapeuta.

Se debe dejar al niño determinar el tiempo que él considere y cuando se sienta cómodo para poder expresarse. Por lo tanto, se necesita paciencia y comprensión por parte del terapeuta ya que constantemente, por ejemplo en su casa, en la escuela, etc., él debe seguir determinadas reglas y tiempos; por lo tanto, este espacio debe ser diferente para que promueva este proceso y que se puedan ver los cambios gradualmente.



8.  El terapeuta establece solo aquellas limitaciones que son necesarias para conservar la terapia en el mundo de la realidad y hacerle patente al niño de su responsabilidad en la relación.
Las limitaciones que se deben establecer no tienen que ser en relación a dirigir el juego o marcarse como presión. Estas deben ser encaminadas al respeto de las cosas materiales, respeto a sí mismo evitando actividades peligrosas y respeto al terapeuta. Así mismo, un elemento inevitable a tomar en cuenta es el factor tiempo, el cual debe cumplirse como se estipuló a un principio ya que el constante de éste beneficia al niño, brindando estabilidad.
Es importante saber que, al no cumplirse alguna de estas normas, se debe evitar discutir e iniciar una batalla con el niño. Lo mejor es ir reflejando lo que el niño va realizando, esto dará más sentido a su actitud.





Referencia bibliográfica
Axline, V. (1975). Terapia de Juego. México: Editorial Diana.